lunes, 26 de marzo de 2012
Cocina de reciclaje 1: Verduras al horno
lunes, 19 de marzo de 2012
Hoy cocinamos: TARTA IKEBANA
La receta de hoy es propiedad intelectual (o algo así) del señor Vicente Llopes, dependiente de Generación X. Un buen día, porqué sí, me escribió esta receta en un cacho papel y me la dio. Los tiempos los medía en cigarros pero, tranquilos, que yo los he cambiado al sistema internacional de horas, minutos y segundos.
Por allá por el siglo 6º los budistas introdujeron su filosofía en Japón. Uno de los ritos ceremoniales para honrar a Buda consistía en colocar flores, o pétalos, en sus altares. El perfeccionamiento del arte de la ofrenda florar dio como resultado que los monjes del templo de Rokkakudo, en Kyoto, comenzaran a dar clases sobre arreglos florales. Así nació la primera escuela de Ikebana (del japonés Ikeru=colocar; Hana=flor), el arte del arreglo floral japonés.
Nombre molón: IKEBANA
Nombre insulso: TARTA DE FRESAS CON NATA
Tiempo: 30 minutos de preparación, 2-6 horas de refrigeración
Ingredientes (8-12 raciones):
A) 200g de galletas (1 paquete de galletas María de toda la vida)
B) 100g de mantequilla o margarina
C) 1 litro de nata (yo recomiendo 500mL de nata para montar y 500mL de nata para cocinar)
D) 200mL de leche (1 vaso)
E) 2 sobres de cuajada Royal
F) 180g de azúcar (el equivalente a 1 vaso)
G) Mermelada de fresa (o del sabor que se desee)
H) Fresas para decorar
X) Unos ninjas ayudan a cortar los ingredientes…
Elaboración:
Esta tarta puede separarse en 3 capas: 1) base de galleta; 2) relleno de nata; 3) cobertura de fresa. Iremos detallando el proceso paso a paso para cada capa.
Para preparar la base de galletas, picamos los 200g de galletas [yo lo hice con picadora (1), pero puede hacerse machacando con un mortero]. En un cazo, derretimos los 100g de mantequilla y los incorporamos al bol donde tengamos la galleta picada. Removemos hasta dejar una pasta homogénea que extenderemos en la base del molde (yo os aconsejo usar un molde desmontable para poder retirar la tarta). Cuando tengamos una capa uniforme aplanada (2), introducimos el molde a la nevera para que se enfríe la base.
Mientras se enfría la base de galleta, prepararemos el relleno de nata. Para ello vertemos el litro de nata en un cazo y lo ponemos a fuego medio para llevarlo a ebullición (es aconsejable ir moviendo de vez en cuando para evitar que se queme). Por otro lado, mezclamos la leche, el azúcar y los sobres de cuajada y batimos (3) hasta que quede bien mezclado (es importante batir para evitar que queden grumos). Cuando la nata hierva, añadimos la mezcla de leche, azúcar y cuajada y calentamos hasta que vuelva a hervir. Apagamos el fuego y esperamos a que se temple esta mezcla para poder verterla en el molde sin que derrita la base de galletas. Un truco para evitar el peligro de que nos deshaga la base es colocar una cuchara y verter la nata sobre ella (como se ve en la fotografía 4). Dejamos que enfríe en la nevera de 2 a 6 horas.
Para la cobertura de fresa, basta con poner una capa de mermelada de fresa sobre la tarta una vez se haya enfriado y esté consistente. Posteriormente, se cortan unas fresas a rodajas y se colocan a modo de decoración, espolvoreándoles un poco de azúcar por encima para que queden brillantes. Dejamos en nevera para que la mermelada quede un poco más firme.
Cortamos, servimos y nos comemos un buen trozo de la tarta IKEBANA.
Protocolo:
Las letras se refieren a las correspondientes en la sección de Ingredientes.
1- Picar A.
2- Derretir B y juntar con A = BASE G.
3- Extender BASE G en molde y nivelar.
4- Poner C en un cazo y llevar a ebullición a potencial exotérmico medio.
5- Batir D + E + F = MEZCLA C.
6- Echar MEZCLA C en cazo con C hirviendo, llevar a ebullición y retirar = MEZCLA N.
7- Verter MEZCLA N en molde con BASE G.
8- Dejar de 2-6 horas en nevera.
9- Poner una capa de G en la tarta y decorar con H en rodajas de 4mm de grosor.
10- Degustar la tarta IKEBANA mientras se realiza un arreglo floral japonés.
Degustación y notas:
Una tarta multiusos que, lo mismo sirve para una celebración, que sirve como merienda. Al no llevar queso es menos densa que su gemela la cheesecake. Perfecta para tomarla con un café o algún tipo de licor de hierbas. Puede cambiarse la mermelada de fresa por cualquier otro sabor o, incluso, hacerla nosotros mismos con frutas variada.
Contenido científico:
Normalmente, en este tipo de tartas se emplea gelatina neutra como espesante. Sin embargo, en esta receta hemos empleado sobres de cuajada.
¿Cómo funciona la cuajada?
Entre otros ingredientes, estos sobres llevan un componente enzimático llamado cuajo. El cuajo es una sustancia extraída del abomaso de los rumiantes, uno de los cuatro estómagos junto con el omaso, el retículo y el rumen.
Principalmente, el cuajo se compone de la enzima rennina, una proteasa que produce la rotura del enlace entre los aminoácidos de la posición 105 y 106 (fenilalanina y metionina) de la cadena kappa de la caseína. De esta manera se forman grupos hidrofóbicos que interactúan entre sí formando una estructura tridimensional que precipita: el fosfocaseinato de calcio.
En la tarta que hemos hecho, la formación de este producto en disolución, junto con la nata, produce la densificación de la masa, volviéndola compacta y tersa.
Como curiosidad, esta enzima parece tener el papel de expresarse en organismo lactantes juveniles para cuajar la leche y mejorar su absorción durante el procesamiento digestivo. No obstante, aunque se encuentra en la mayoría de mamíferos, el cuajo a nivel industrial se produce mediante organismos recombinantes. A igual que otras sustancias tales como la dextrosa o el ácido cítrico, el cuajo se puede obtener a partir de E. coli recombinantes que expresan la enzima rennina de forma extracelular, lo que permite purificar el medio de cultivo y obtener la enzima.
Y con el Summertime de Ella Fitzgerald me despido hasta la próxima receta.
miércoles, 14 de marzo de 2012
Un poco de todo
lunes, 12 de marzo de 2012
Hoy cocinamos: TERIYAKI KAKARIKO
The Legend of Zelda: Ocarina of Time es un juego de Nintendo 64 publicado en el año 1998. Fue el primer videojuego de la saga Zelda que incluyó gráficos 3D y supuso un “boom” en el mundo de los videojuegos debido al enorme tamaño de sandbox que se presentaba ante nosotros.
La historia nos presenta a Link, un héroe que deberá emprender un viaje por el reino de Hyrule para evitar que Ganondorf, el malo del juego, se alce con el poder de la Triforce. Durante el desarrollo del juego, visitas diferentes localizaciones, exploras mazmorras y cuevas, te enfrentas a monstruos épicos… Uno de los juegos más completos jamás creados, por lo menos para el gusto del que escribe estas líneas.
Pues bien, una de las localizaciones que visitabas era el pueblo rural de Kakariko, en el cual unas aves llamadas cucos, parecidas a gallinas, campaban a sus anchas por las calles. Pero todos sabemos que tener una espada en la mano cambia la forma de ver las cosas por lo que los cucos se tornaban, a los ojos del jugador, en un objetivo más a abatir.
¡ERROR!
En cuanto asestabas el primer golpe a un cuco, una horda enfurecida de estos animales empezaba a atacarte hasta la muerte. Supongo que era la forma que tenía Nintendo de explicarnos que la crueldad animal no está bien…
Pero hoy todo cambia. Hoy le damos a Link la oportunidad de vengarse con nuestro TERIYAKI KAKARIKO.
¿Preparados? Pues agarrad vuestras Master Sword y trocead unos cuantos cucos.
Nombre molón: TERIYAKI KAKARIKO: LA VENGANZA DE LINK
Nombre insulso: POLLO AL TERIYAKI CON CHAMPIÑONES
Tiempo: 45-60 minutos
Ingredientes (2-4 personas, dependiendo de si es plato único):
A) 600g de entremuslos de pollo deshuesados
B) 1 cebolla
C) 9-10 champiñones medianos
D) 1 diente de ajo picado o una cucharada de ajo en polvo
E) 1 cucharadita de jengibre molido (puede comprarse en la sección de especias de cualquier supermercado)
F) 1 cucharada sopera de azúcar blanquilla
G) Harina
H) 100 mL (medio vaso) de salsa de soja (hoy en día la venden en cualquier sitio)
I) 200 mL (un vaso) de sake (puede cambiarse por vino blanco seco, el típico vino de cocinar)
J) Aceite
K) Los palos de brocheta son opcionales.
X) El manual del Legend of Zelda o, en su defecto, la banda sonora del 25 aniversario (la cual acompañó durante la realización de la receta)
Elaboración:
Lo primero que debemos hacer es preparar el pollo. En nuestro caso, optamos por ensartarlo en brochetas para que quedara un pelín más dramático (las espadas no las teníamos limpias para ese día). En cualquier caso, lo ideal sería cortar el pollo en tacos de unos 2.5cm de lado (1 pulgada para el público anglosajón). Seguidamente, enharinamos el pollo, golpeándolo ligeramente para eliminar la harina sobrante, y reservamos (1).
Picamos el ajo y cortamos la cebolla y los champiñones en trozos de tamaño mediano (como puede verse en la foto 2). Ponemos aceite en una sartén y, a fuego medio, añadimos el ajo, la cebolla y los champiñones. Cuando adquieran un tono dorado, retiramos del fuego y reservamos (3).
A continuación, en la misma sartén de las verduras, ponemos un poco de aceite y marcamos el pollo enharinado. Esta operación la realizaremos a fuego fuerte hasta que veamos que adquiere un tono dorado uniforme. En este punto, retiraremos el pollo de la sartén y reservaremos (4).
En esta misma sartén procederemos a realizar la salsa teriyaki. Ponemos la sartén a fuego medio y echamos el vaso de sake, la salsa de soja y el jengibre molido. Si el contraste de temperatura es el adecuado, todo el jugo que había pegado en el fondo de la sartén se despegará al añadir los líquidos, aportando más sabor a la salsa. Este proceso de “sacar los jugos de una sartén” se llama desglasar.
Dejamos que hierva a fuego suave un par de minutos (para evaporar el alcohol) y añadimos la cucharada de azúcar (5). Removemos e incorporamos las verduras y el pollo a la salsa. Dejaremos cocer unos 10 minutos (6) a fuego suave, removiendo de vez en cuando y listo.
Protocolo:
Las letras se refieren a las correspondientes en la sección de Ingredientes.
1- Cortar A en cubos de 2.5cm3.
2- Pasar A por G y reservar = SUSTANCIA P.
3- Cortar B+C+D = MEZCLA V.
4- Poner J en una sartén (SARTÉN S) y aplicar un potencial exotérmico medio. Dorar MEZCLA V, retirar y reservar.
5- Añadir J a SARTÉN S y, con potencial exotérmico alto, dorar SUSTANCIA P. Retirar y reservar.
6- Colocar SARTÉN S a potencial exotérmico alto y verter H+I+E = SALSA T.
7- Incubar 2 min.
8- Incorporar F a la SARTÉN S donde tenemos la SALSA T.
9- Añadir a la SARTÉN S la MEZCLA V y la SUSTANCIA P.
10- Incubar 10 min a potencial exotérmico medio y agitación suave.
11- Servir el TERIYAKI KAKARIKO y mofarse de los cucos mientras se degusta.
Degustación y notas:
Un plato sabrosísimo (¿Será por el glutamato de la salsa de soja?). Digno de acompañar con unos chupitos de sake o unas buenas y fresquitas cervezas.
Puede servirse como plato único o como parte de una comida de temática oriental (nosotros lo comimos junto con unos rollitos de primavera y una tempura variada con salsa de miel).
Contenido científico:
Os he comentado que el sake puede ser sustituido por vino blanco. Pero, ¿hasta qué punto son iguales estos alcoholes?
La mayoría de vosotros puede que estéis familiarizados con el proceso de elaboración del vino. A nivel básico, las uvas se machacan hasta obtener el mosto que es fermentado (normalmente mediante la levadura Saccharomyces cerevisiae) y posteriormente es filtrado o guardado en barrica para que terminen de aparecer los distintos aromas.
La producción del alcohol del sake se podría resumir de la siguiente forma:
2- Aspergillus oryzae hidroliza mediante las amilasas las cadenas de amilosas y amilopectinas (normalmente se separan durante la cocción) produciendo glucosa.
3- La glucosa es metabolizada a etanol por Saccharomyces sake (similar a S. cerevisiae pero con producción de diferentes metabolitos secundarios).
Como veis, el sake necesita de dos “fermentaciones” en lugar de una única, presente en la elaboración de vinos de uva. Volviendo a la pregunta inicial: se puede emplear vino blanco pero nunca sabrá igual que un buen sake japonés.
sábado, 10 de marzo de 2012
32 kilos de chocolate en un solo Oso
Os dejo con el link al video donde puede verse el proceso de creación de tamaña obra: el escaneo del modelo, la impresión en 3D, la generación de los moldes al vacío... ¡Que lo disfrutéis!
jueves, 8 de marzo de 2012
Hoy cocinamos: NEUROCOOKIES
Nombre insulso: COOKIES DE CHOCOLATE
B) Media cucharadita de levadura química (tipo levadura Royal)
C) Media cucharadita de sal
E) 120g de azúcar moreno
F) 60g de azúcar blanquilla (el azúcar blanco de toda la vida)
G) 2 huevos
I) 180g de chips de chocolate (podéis machacar chocolate o comprar los chips ya preparados de Mercadona)
X) El libro de Neurociencia es opcional, aunque recomendable.
Protocolo:
Las letras se refieren a las correspondientes en la sección de Ingredientes.
1- Precalentar horno a 160ºC.
2- En un bol, mezclar A+B+C = M1.
3- En otro bol, mezclar D+E+F. Incorporar G+H y mezclar de nuevo = M2.
4- Verter M1 sobre M2 y homogeneizar = M3.
5- Añadir I a M3 y homogeneizar = LA MASA.
6- Colocar bolas de LA MASA de 4 cm de diámetro (y espaciadas unos 8 cm) en una bandeja de horno.
7- Hornear 15-18 min a 160ºC.
8- Dejar enfriar.
9- Hornear 2 min a 180ºC.
10- Sacar las NEUROCOOKIES del horno, dejar enfriar y proceder a su metabolización.
Degustación y notas:
Las clásicas cookies, o Neurocookies en su versión más molona, son la típica galleta para todo: desayuno, almuerzo, merienda, para acompañar a un café, para picar algo… De hecho, puedo decir que incluso funcionan como alimento de campaña en mitad de un experimento de laboratorio.
Por su textura y sabor, son ideales para comer a solas, sin ningún acompañante. No obstante, un café, un vaso de leche o un batido siempre serán bien recibidos.
Pueden consumirse también junto con un zumo de frutas, en cuyo caso se deberá seleccionar un sabor que case con el chocolate: naranja, fresa o cualquier zumo con un punto cítrico.
Otra buena forma de consumirlas es como parte de una sobremesa, junto con unos licores variados o algún vino dulce tipo Moriles o Mistela.
Contenido científico:
Os he dicho que era muy importante la temperatura de 160ºC, ni más ni menos grados.
¿Alguien sabe por qué?
Pues bien queridos amiguitos, a esta temperatura se produce la “sabrosa” reacción de Maillard (en honor a Louis-Camille Maillard, químico francés que describió este proceso en 1916).
A 160ºC, o más excatamente a 154ºC/310ºF, los grupos amino de los aminoácidos que componen las proteínas, reaccionan con los grupos carbonilos presentes en los azúcares, produciendo glucosilamina y agua. Estas glucosilaminas son muy inestable y se isomerizan, mediante la trasposición de Amadori, en cetoaminas, las cuales reaccionaran de diversas formas. Por un lado producirán agua, diacetilos, piruvaldehídos… los cuales participaran del sabor y textura global del alimento. Por otro, formaran compuestos poliméricos nitrogenados y melanoidinas, moléculas que darán un color marrón (el típico marrón tostado) a la comida.
Y ahora es cuando me preguntaréis: ¿Por qué luego rehorneamos a 180ºC?
Pues bien, este aumento de la temperatura es debido a que el azúcar carameliza a partir de 180ºC. Con este aumento de la temperatura durante tan poco tiempo (recordemos que dejábamos 2 minutos de cocción) conseguimos que los azúcares superficiales caramelicen, dándole un color más tostado a la galleta y, además, proporcionándole un suave aroma a caramelo.
El hecho de no cocinar las galletas a esta temperatura durante todo el proceso es porque la caramelización excesiva daría un sabor al alimento que enmascararía la esencia de vainilla o, incluso, el propio sabor del chocolate. Con este corto periodo de tiempo conseguimos caramelizar únicamente la superficie, dejando el interior de la galleta con el sabor predominante del chocolate y la vainilla.
Escuchando los últimos acordes de la canción Anthem del grupo canadiense Rush os dejo por el momento. Cualquier duda o sugerencia, a los comentario.
¡Qué aproveche!
El cuerpo de una receta
miércoles, 7 de marzo de 2012
La cripta del sabor innombrable
Haciendo una pequeña referencia al universo Lovecraftiano empiezo este nuevo blog. La idea es ir poniendo recetillas variadas, sencillas de hacer y con ingredientes facilones de conseguir (nada de esencia de unicornio o solomillo de dragón).
Además, siempre intentaré darle algún tipo de carácter científico y/o friki a las recetas. Vamos, intentaré alejar a la gente insulsa y aburrida que no entiende la diferencia entre un orco y un elfo, que prefieren los Episodios I, II y III de Star Wars, o la clase de gente que no se ríe al ver una peli de zombies.
Por cierto, que no me he presentado. Soy Sergio, un intento de neurocientífico culturalmente disperso (la nueva forma de llamarnos a los frikis, geeks y demás gente que lee a Cels Piñol) con gran inquietud científica y culinaria. Me gusta la cocina al igual que me gusta la ciencia, tanto por su aplicación final como por la comprensión teórica subyacente al proceso. Es decir, si algo se cocina a 220ºC quiero saber porqué a esa temperatura y no a más ni a menos. Si algo lleva bicarbonato en vez de levadura quiero entender a que se debe esa diferencia. Si algo me sienta mal, quiero saber que había crecido antes en el alimento...
Por lo tanto, doy por inagurado este blog (aunque no tenga a ninguna personalidad cortando la cinta de apertura).
Y ahora, el primer detalle científico es... ¡¡¡EL NOMBRE DEL SABOR INNOMBRABLE!!! El nombre de este sabor es umami y, a grandes rasgos, sería un 5º sabor complementario al dulce, salado, amargo y ácido; sería algo así como la "sabrosidad".
Es un sabor descrito por científicos japoneses (de hecho umami significa "gustoso" en el idioma nipón). El umami se produciría, a nivel bioquímico, por una mezcla de compuestos que produciría la excitación de terminales glutamatérgicos. Curiosamente, uno de los sazonadores más empleados en Oriente es el glutamato monosódico (en contraste a nuestra sal común que suele ser cloruro sódico). Por ello, este tipo de sal estimularía nuestros terminales glutamatérgicos produciendo el sabor umami.
Pero, ¿Qué pasa si comemos mucha comida oriental sazonada con este tipo de sal? ¿Alguna habéis escuchado a alguien decir que le duele la cabeza después de comer chino? Pues si amiguitos, la culpa la tiene el glutamato monosódico. La ingesta exagerada de esta sal produce jaqueca en algunas personas más sensibles a la sobreestimulación de los receptores relacionados con el sabor umami.
Con esto y un bizcocho (bueno, el bizcocho todavía no) me despido de vosotros hasta la próxima entrada. la receta de las NEUROCOOKIES.